El deporte, una estrategia para el desarrollo de competencias socioemocionales
- Sergio Leonel Martínez Venegas
- 9 jun 2020
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 26 jul 2020
El deporte es un importante recurso de la Educación Física para desarrollar los diferentes procesos formativos.

El deporte como fenómeno social
Es probable que el deporte se haya convertido en el fenómeno social más conocido y masificado a nivel mundial, tanto así que en un tiempo relativamente corto se ha constituido en un objeto de estudio con tratamiento científico tan complejo que no puede ser abordado por una sola disciplina y esa complejidad se extiende a la hora de definirlo, debido a que el deporte evoluciona constantemente y abarca la mayoría de los ámbitos de la vida humana como el económico, social, político, educativo, etc., como lo afirma Cagigal (1981).
Lo anterior hace innegable que el deporte en la actualidad es un estilo de vida ligado al desarrollo del ser humano y ha acaparado la atención de ciencias como la sociología que tiene como objeto de reflexión la estructura social desarrollándose en conjunto con la sociedad que ha “evolucionado”, al respecto Elías (1991) relaciona las actividades deportivas y de ocio con el proceso de civilización, como parte de una etapa transformadora en cambios culturales y sensibilidades sociales, en paralelo con la globalización, toda vez que a mayor tecnología mayor el cambio social, surgiendo la necesidad mundial de analizar e interpretar esa sociedad emergente, ampliando la cobertura investigativa en campos científicos y educativos sobre relaciones e interacciones humanas.
La sociología del deporte aparece como una rama de la sociología, la cual se enfoca en estudiar la relación entre el deporte y la sociedad e intentar comprender la acción individual y colectiva, ocupándose de cómo la sociedad puede provocar cambios al deporte y viceversa.
Estos factores versátiles que se congregan entorno a las relaciones humanas, son de gran interés como elementos sensibles en el desarrollo de ser humano como una unidad en el que confluyen diferentes dimensiones y son necesarias tener en cuenta ya que no se puede analizar al individuo desde una mirada biológica sino como un ser integral y en conjunto.
Esa mirada holística del ser humano es necesaria para el desarrollo de CSE, a partir de teorías del desarrollo humano como la de Papalia (2009) que lo define como un ser biopsicosocial o el planteamiento de Merleau-Ponty (2000) que vincula las diferentes dimensiones del hombre como una unidad, resaltando la condición de los estudiantes, en donde la discapacidad desde el paradigma social se define como el resultado de una compleja interacción entre la persona con deficiencia y las barreras debido a la actitud y al entorno que no es capaz de dar respuesta a las necesidades o no se ajusta a sus condiciones, lo que evita una participación plena y efectiva en la sociedad (Organización de las Naciones Unidas, 2006), ofreciendo el deporte esa posibilidad de inclusión y participación activa e igualitaria como fenómeno social que trae consigo aspectos debatibles, pero también potencialidades.
El deporte en el ámbito de la Educación Física
Se reconoce que el deporte puede tener varias orientaciones de acuerdo a su finalidad, según Cagigal (1979) se agrupan en deporte espectáculo, el cual busca resultados deportivos, a expensas de grandes exigencias competitivas y una fuerte presión, lo cual convierte a los deportistas en profesionales bajo un yugo económico y político; mientras por el otro lado está el deporte para todos o praxis, como actividad de ocio, diversión, equilibrio mental y físico, que intenta hacer accesible el deporte al mayor número de personas posible, Cagigal anhelaba universalizar la enseñanza de la educación física y el deporte en la escuela, como un derecho ciudadano y una práctica para cuidar el cuerpo y relacionarse con el otro.
Si se tiene en cuenta que la representación social de las PcD está ligada a la concepción de enfermedad, dependencia, incapacidad y pasividad, el deporte sirve como estrategia para superar esos imaginarios y prejuicios sociales que pueden limitar más que la misma discapacidad, y en ese escenario el deporte adaptado en conjunto con la actividad física adaptada se han venido reafirmando en ámbitos como el terapéutico y el competitivo en donde se exalta la capacidad de resiliencia y sacrificio, pero también en otros como el recreativo, el asociativo y el educativo que promueven la participación activa de esta población.
De esta manera, el deporte adaptado representa al pie de la letra el lema de “deporte para todos”, en el cual toda la comunidad sin ningún tipo de restricción puede practicar actividades deportivas, si bien se define como la práctica deportiva que modifica sus reglas, elementos deportivos y dimensiones del campo, para hacer posible la participación de PcD, va más allá incluyendo personas convencionales, demostrando su aporte a la construcción de una cultura democrática e incluyente, haciendo alusión al hecho que toda persona tiene el derecho de practicar una actividad deportiva independientemente de su condición, clase socio-económica, sexo, etc. (Giménez, 2002, p. 13).
Es posible encontrar una práctica deportiva que reúna características de dos o más orientaciones del deporte, como puede ocurrir con el deporte adaptado en el marco de la Educación Física, coincidiendo con el deporte recreativo como aquél que es practicado por placer y diversión, sin ninguna intención de competir o superar a un adversario, únicamente por disfrute o goce Blázquez (1999:22), el deporte formativo que busca fomentar el desarrollo y la mejora de las distintas capacidades cognitivas, afectivas, sociales y psicomotrices, comprende los procesos de iniciación, fundamentación y perfeccionamiento Hernández y Cols (2001), buscando que está práctica se transforme en deporte escolar, el cual hace referencia a la proceso deportivo de iniciación y promoción organizada o espontánea que realizan personas escolarizadas fuera del horario lectivo, de manera voluntaria, que pueda coincidir con el deporte social que tiende a rescatar a un sector de la comunidad aislado, a través de la inclusión, la participación, la solidaridad, la igualdad de oportunidades y el reconocimiento de los logros personales, que incluyen a toda la comunidad sin discriminación de sexo, condición física, social, cultural o racial Blázquez (1999), toda vez que el deporte se convierta en un estrategia de desarrollo de CSE más allá del aula escolar siendo continuo y permanente.
Parafraseando a Ferrando et al (2009), las transformaciones que viene experimentado el deporte van de la mano de los procesos globalizadores que ocurren en casi todos los ámbitos de la vida social, son tan rápidos e intensos que la popularidad del deporte y su contribución al desarrollo humano debe gestionarse adecuadamente, siendo una oportunidad para hacer visible la lucha contra la discriminación, las desigualdades, el racismo y la xenofobia (pp. 38-39).
Sin embargo, hay que tener en cuenta que la visión idealizada del deporte como espacio de integración por sí solo, no favorece su éxito, hay que considerar sus posibilidades, límites y riesgos, como afirman Ferrando, Puig, Lagardera, Llopis y Vilanova (2017), es a partir de una planificación y estructuración con objetivos claros y una metodología que permita alcanzar las metas propuestas teniendo en cuenta que el deporte no es la cura para todos los problemas de la sociedad (p. 123), destacando las estrategias iocus emotio como una propuesta pedagógica alternativa desde la Educación Física para la atención de PcD intelectual, siendo el juego y el deporte los principales recursos, en el cual se deben tener en cuenta las necesidades, posibilidades e intereses de los estudiantes.
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